En 2005 Ricardo Montenegro-Vásquez en calidad de Secretario de la Unidad Internacional del Partido Liberal participó como Delegado por Colombia al encuentro de la sino-latinoamericana que reunió jóvenes políticos del continente los cuales visitaron Beijing, Shanghai, Guangdong entre otras ciudades. Derivado de ésta experiencia surge este escrito:
Por Ricardo Montenegro-Vásquez*
En una época en la cual el ideal estético exige adelgazamiento, cirugías y tratamientos antiedad para verse mejor, tuve la oportunidad de ir a un sitio y ser considerado un “Brad Pitt” por pocos días. No me hice una reconstrucción facial, como las que dicen obtienen quienes se entregan a los gringos como soplones de la mafia; ni tampoco participé en el cambio extremo al que se someten feos y gorditos en los realities shows del momento. Mucho menos me embarqué hacia la ¨Isla de la fantasía¨ ese programa de tv de los 80´s en el que Montalban y Tatú (¨el avión, el avión¨) cumplían deseos que habitualmente terminaban en experiencias agridulces.
No, todo me sucedió de manera casual. Debo comenzar diciendo que soy un tipo normal, ni gordo ni flaco, ni feo ni bonito, en fin! básicamente no espanto, y según dicen tengo mis gracias aquí y allá. Hace unos días por cuestiones de trabajo fui invitado por el gobierno de la República Popular China a participar en una serie de reuniones en ese país. Allí me di cuenta del extraordinario avance de esta milenaria sociedad y de que el modelo oriental de belleza es muy diferente al de esta parte del Mundo.
En occidente el modelo de belleza grecorromana se ha impuesto y tiene en su origen en la máxima ¨Mens sana in corpore sano¨ (mente sana en cuerpo sano). Generación tras generación este modelo ha sido perpetuado por ilustraciones clásicas y renacentistas que muestran al hombre alto, fornido y de un perfil como el representado por el ¨David¨ de Miguel Ángel. En oriente antiguos guerreros guían el concepto de belleza que va asociado a valentía, coraje, tradición y por supuesto a su tipo racial de tez pálida, ojos rasgados y baja estatura.
En la posmodernidad occidental - en donde yo crecí - el ideal de belleza tiene su referente en la publicidad y en cosas tan simples como Barbie, la muñeca más vendida del mundo y su amigo Ken, que por cuenta de sus figuras tienen a medio planeta metido en extenuantes jornadas de gimnasio y dietas bajo la aspiración de lograr un equilibrio de calorías, proteínas, minerales que los hagan lucir bien. La moderna filosofía la podríamos reducir a cuerpo sano en mente plástica.
Pues volviendo a mi experiencia, debo decir que al lado de mi fascinación por la China y su gente, empecé a notar cosas extrañas, tales como ver en las vallas a modelos que por sus rostros parecían mis hermanos o primos. El campanazo de alerta mayor fue cuando después de algunos días observé que llamaba la atención de los nativos de Shanghai y Beijing, los cuales se dirigían a mi en mandarín (su lengua materna) ya fuera en la calle, restaurantes o el hotel.
Pero la experiencia que motivó estas líneas fue cuando al ir a una discoteca en Shanghai estaba yo siendo asediado por cuatro mujeres. Debido a mi cara de desconcierto ante tal acoso sexual, Je Huzen uno de nuestros acompañantes me dijo en perfecto español ¨Sr. Ricardo: es que para las chinas usted es un hombre simpático¨. A renglón seguido pensé para mis adentros estos hijos de Confusio si que son sabios!
Experimente por cabeza propia que todo es relativo en la vida, el ideal de belleza cambia en las distintas épocas y culturas. A pesar que para mí la "belleza" es un ideal absurdo y que detesto la imposición de ese referente, al considerarlo como un sutil medio de dominación de la minoría blanca anglosajona sobre los pueblos diversos, me dedique a gozarme esos días en los que, para algunos, era algo así como Brad Pitt.
Por eso aprendí unas frases en el idioma del lugar que me sirvieron para acercarme más a la gente, me salí del protocolo oficial al asistir a una escuela local en la que pedí me enseñaran la caligrafía de mi nombre con caracteres chinos y me sentí orgulloso de haber sido despectivamente tratado como ¨el chinito¨ de mi colegio, mas por mis raíces indígenas que por algún ancestro oriental.
Y claro, utilicé mis "temporales atributos" para lo que casi todo el mundo en esa posición hace, que es sacar beneficios de la belleza para obtener cosas adicionales.
Aunque pude no abusé y antes de volver a la realidad de mi vida occidental, logré que al salir del hotel a mi compañero de habitación no le cobraran una toalla que había confundido entre su maleta y en el aeropuerto hice que mi exceso de equipaje (que era el doble de lo permitido) me fuera excusado con una sonrisa a la niña de la aerolínea, todo gracias… a mi linda cara.
Aunque pude no abusé y antes de volver a la realidad de mi vida occidental, logré que al salir del hotel a mi compañero de habitación no le cobraran una toalla que había confundido entre su maleta y en el aeropuerto hice que mi exceso de equipaje (que era el doble de lo permitido) me fuera excusado con una sonrisa a la niña de la aerolínea, todo gracias… a mi linda cara.
Más fotos en www.facebook.com/ricardomontenegro (Album Representaciones Internacionales)
RICARDO MONTENEGRO-VÁSQUEZ
Abogado, Presidente Círculo de Pensamiento Caribe
Secretario de la Unidad Internacional del Partido Liberal Colombiano
