- Sobre el anunciado hundimiento de un proyecto de ley.
Agolpados en una plaza aguardando el destino fatal de una ley que moriría bajo cuchillos de carniceros, así parecíamos quienes todo el tiempo supimos lo que iba a pasar. Como en la trágica obra macondiana la suerte del Santiago Nassar legislativo ya estaba echada. Por sexta vez, acudíamos a ese ritual de negación de un proyecto de ley que legalizara las uniones de parejas del mismo sexo y en ese escenario frío la indiferencia por el dolor del otro constataba patéticamente que somos una sociedad excluyente, injusta y miserable.
A pesar que gay significa alegre nada hay más alejado de la realidad. Cientos de miles de ciudadanos no gozan de los derechos plenos y del disfrute de las garantías sociales a que tienen derecho las parejas heterosexuales, y de contera en vastas zonas del país los violentos se abrogan con orgullo la responsabilidad de matar y desplazar a quien sea diferente. El reconocimiento legal a una realidad que esta en todas partes, pero que subyace oculta en la sociedad, permitiría así sea ficticiamente percibirnos como iguales.
Y es que con el hundimiento hace algunos días del proyecto de ley 214 de 2007 de Senado (radicado como 05 de 2007 de Cámara) perdemos todos y todas, porque a pesar de las múltiples sentencias de la Corte Constitucional de Colombia reconociendo derechos a este sector poblacional, éste ritual mortuorio nos recuerda que vivimos en un país retardatario en el cual las leyes se hacen para beneficio de unos pocos.
Quienes desde el reconocimiento de los derechos humanos luchamos por vencer la fatalidad tragicómica de esta sociedad, no nos queda más que seguir empujando reformas para hacer de este un país mejor. Para evitar que los argumentos poco jurídicos de los atrasados que aduciendo el honor en desuso y la moralidad cuestionada por sus acciones, impidan nuevamente la felicidad de millones de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros.
Cómo en los entierros de "mi pobre gente pobre" canción de salsa popularizada por Cheo Feliciano, acudiremos alegres y esperanzados al sepelio de esta ley que aún no fue, así sea acompañados de hijos calavera como el Senador Jesús Bernal del Polo Democrático que traicionando los mandatos de su bancada decidió votar en contra del otorgamiento de derechos a las parejas homosexuales y celebró como suya una victoria traidora de los principios que sustentan su colectividad.
Volveremos parafraseando la tonada a ese campo santo de la democracia "sembrando una flor de llanto con amor y voluntad" insistiendo en cambiar el destino de una patria que necesita hombres y mujeres libres.
Ricardo Montenegro-Vásquez
Abogado, Director Ejecutivo Poder Ciudadano
Proceso de Minorías Sexuales Partido Liberal Colombiano
www.orgullolgbt.net
NOTA: La obra a la que se hace alusión es “Crónica de una muerte anunciada" publicada en 1981 por el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.
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