SOBRE EL MAL MOMENTO LIBERAL

El Liberalismo cuando no se parece a lo que inspiró sus orígenes - que es el bienestar general con una visión social - se desdibuja perdiendo el norte de las acciones que deben ser sus realizaciones ante la comunidad y se convierte en terreno propicio para que allí aterricen de politiqueros, mafiosos, mentirosos y malos dirigentes.

Merced a las dádivas del gobierno nacional (especialmente en los últimos mandatos) la colectividad se ha depurado y muchos de los traficantes de votos de nuestra región ahora se consideran uribistas pura sangre fusionados en una amalgama intregrada en torno al erario público. En el Atlántico, por el vacío dejado por las ratas que saltaron del barco ante la adversidad burocrática, el Senador Alvaro Ashton se autoerigió - sin ser eso cierto - como el único vocero y baluarte liberal del departamento. Aprovechó la oportunidad y como sé que hay mas liberalismo que partido la situación debe cambiar, en eso hemos trabajado los últimos años con las bases populares y los sectores sociales críticos del momento actual.

La coyuntura política de las elecciones al Congreso del 2010 es la ocasión propicia para que se abran posibilidades a nuevas caras y voces verdaderamente liberales. Nuestro departamento que es en esencia liberal, con un gobernador liberal del que quisiéramos más realizaciones liberales, no debe tener en el Congreso de la república representantes y senadores que sólo sean voceros de sus propios intereses personales y grupales, por eso me desagrada la idea de importar tránsfugas, ni tampoco coincido con la propuesta de fusionarnos con otros partidos por más votos que tengan.

Soy militante de un liberalismo auténtico, el que no tiene miedo de decir las cosas como son, el que se enfrenta a la adversidad del actual momento y que mira con optimismo el futuro pese a las amenazas y la desesperanza de miles de desposeídos, desterrados, destechados y desechados del engranaje económico de los momentos presentes. 

Soy seguidor del liberalismo que no se compra ni se vende por puestos o contratos, del liberalismo nacionalista que lucha por la libertad individual y que propone reformas socialdemócratas en un país al que le faltan muchos pasos para llegar a la igualdad social por la que luchamos desde ésta colectividad con casi dos siglos de historia democrática.

Estoy convencido de que no todo esta perdido, de que esta mala hora no durará para siempre y que dirigentes como Piedad Córdoba que encarnan desde el Congreso de la república los valores que justifican nuestra existencia en el ámbito político nacional impulsarán una nueva sangre dirigente sacadas de lo mejor de las canteras liberales, logrando pasar a la historia como fieles representantes de la voluntad del pueblo que otrora siguió a Rafael Uribe Uribe, Olaya Herrera, López Pumarejo y Gaitán.

En los peores momentos los verdaderos liderazgos son los que salen a flote para rescatar a las sociedades que vagan erráticas, por eso no hacen falta los que se van por su inoperancia e indefinición política, sino que se necesita el compromiso y la fuerza de los permanecemos firmes amarrados como Odiseo al mástil en busca de puerto seguro, luchando por el sueño de mejores días en el que creemos.

Tenemos que seguir adelante tratando de rescatar el verdadero sentimiento de izquierda democrática que es el sentimiento Liberal.

Por Ricardo Montenegro-Vásquez
*Abogado, Director Ejecutivo Poder Ciudadano

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