Por Ricardo Montenegro-Vásquez*
Como defensor de derechos humanos y hombre de ideas liberales, considero inoportunas, desacertadas y humillantes las declaraciones del senador conservador del Atlántico Roberto Gerlein en el debate sobre Matrimonio igualitario.
Considero que sus palabras además de ser violentas, esconden una crasa ignorancia sobre la realidad de las personas para las cuales legisla. En Colombia existen personas cuya orientación sexual es homosexual y es por ello que la Corte Constitucional consideró necesario que se establezcan leyes para protejan a un sector minoritario de la población que conforman parejas de convivencia singular y permanente.
Las y los homosexuales no son enfermos tal y como lo ha establecido la Organización Mundial de la salud al sacar del listado de enfermedades a la homosexualidad desde el 17 de mayo de 1990. Además, olvida el Senador que actualmente tampoco la orientación sexual es considerada anormal, y que en vez de discriminar es labor de los congresistas legislar para todos, sin importar si alguien es heterosexual o no.
El Senador Gerlein se equivoca al discriminar a las y los homosexuales. No corresponde al Congreso de la república establecer a la luz de la moralidad particular una visión de sociedad, sino establecer normas en favor de los grupos vulnerados y de la ciudadanía en general.
Lo que da asco no son las relaciones sexuales de hombres con hombres o mujeres con mujeres, sino la utilización de la moral como argumento politico para generar más odio en un país que no aguanta más violencia.
Todas las personas, independiente de su orientación sexual e identidad de género, tienen derecho a ser felices y esto incluye ser libres e iguales, ante la sociedad y la ley.
Bogotá DC, 20 de noviembre de 2012
RICARDO MONTENEGRO-VÁSQUEZ
Abogado, Ex Candidato a la Cámara por el Atlántico
Partido Liberal Colombiano
http://ricardomontenegro.blogspot.com
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