Invitado por OXFAM estuve en el evento de lanzamiento del del documental “Cosechadoras de Nuevos Horizontes”, el pasado 7 de abril en la Cinemateca Distrital de Bogotá, fue una gran oportunidad para conocer de primera mano las preocupaciones de las mujeres rurales y el trabajo que adelantan de la mano de la ONG OXFAM con la cual trabajamos de la mano durante mi paso por la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico de Bogotá DC.
MUJERES RURALES EXIGEN RECONOCIMIENTO AL TRABAJO DEL CUIDADO
Proceso sobre Economía del Cuidado de OXFAM revela cifras sobre distribución de oficios y roles en los hogares rurales colombianos.
Mujeres rurales se reunieron para hablar del trabajo de cuidado en Colombia y sus implicaciones socioeconómicas y políticas.
Bogotá. mayo de 2016. En el marco de la presentación del documental “Cosechadoras de Nuevos Horizontes”, el pasado 7 de abril en la Cinemateca Distrital de Bogotá, casi 90 mujeres rurales de todos los rincones de Colombia se dieron cita para exponer sus preocupaciones sobre la invisibilidad del trabajo de cuidado en las políticas públicas del Estado colombiano.
“El Trabajo de Cuidado se asigna culturalmente a las mujeres en la mayoría de sociedades, generalmente se realiza de manera voluntaria y no remunerada. No reconocer la sobrecarga en tiempo y esfuerzo que significa realizar actividades productivas, comunitarias y de cuidado deriva en un detrimento de la calidad de vida de las cuidadoras”, aseguró Nadia Juliana B. Londoño, oficial de Género y Fortalecimiento de Iniciativas Sociales de OXFAM.
El trabajo del cuidado sostiene el estándar de vida, así como el tejido de las relaciones familiares y comunitarias. Según estudio de Ximena Peña y Camila Uribe de la Universidad de los Andes en 2013 en un análisis a la encuesta de uso del tiempo del DANE, se calcula que, de ser remunerado, el Trabajo de Cuidado podría ser equivalente al 19.3 % del PIB Nacional, superando incluso el valor de las exportaciones.
Tras esta medición de la contribución de la mujer rural al desarrollo económico y social del país, se debe avanzar en el mejoramiento de la red de atención a la población mayor o dependiente y de la niñez ubicada en la ruralidad dispersa, así como en la mejora a la infraestructura de acueducto y alcantarillado en zona rural y en el desarrollo de campañas de promoción de normas sociales que favorezcan los derechos de las mujeres y una distribución más equitativa de las responsabilidades del cuidado entre mujeres y hombres.
DIAGNOSTICANDO EL TRABAJO DEL CUIDADO
OXFAM realizó una Encuesta de Hogares sobre Cuidado que recogió las percepciones sobre el rol de hombres y mujeres en 14 municipios de Boyacá. Estas son las conclusiones más importantes:
Las mujeres están destinando más del doble de tiempo que los hombres al trabajo de cuidado, un 20% de su día a estas actividades, frente al 8% en los hombres.
De las mujeres encuestadas, un 71% indica que sólo realiza actividades de cuidado en el hogar; y el 22% restante que “otra mujer en el hogar también realiza estas tareas”.
El 61% de los hombres encuestados declara nunca haber lavado, secado, planchado o remendado una prenda de ropa. Además, existe un alto porcentaje de hombres (y mujeres) que considera a la mujer “naturalmente mejor” para trabajos como Cocinar y Limpiar.
La mayoría de mujeres enfrenta limitaciones de tiempo debido a la alta carga de responsabilidades. El 54% de ellas afirmó que en la última semana, por lo menos una vez, no tuvo tiempo para preparar la comida y el 51% para lavar, planchar o remendar la ropa de miembros de la familia cuando la necesitaban.
En el caso de que las mujeres pudieran reducir su carga de cuidado y liberar tiempo, el 46% lo utilizaría para descansar; el 14,5% para capacitarse y el 13% para generar ingresos.
Sobre We Care
Se trata de una iniciativa que dio inicio en el 2014 para hacer frente a las responsabilidades pesadas y desiguales relacionadas con el cuidado y el trabajo doméstico, y para mejorar los resultados para las mujeres en todos los programas de OXFAM en el mundo. Con este proyecto la ONG hace presencia en Colombia, Etiopía, Malawi, Filipinas, Uganda y Zimbabwe y los componentes del enfoque están siendo implementados en Bangladesh, Honduras, Tayikistán y Zambia. Estos programas cubren muchas áreas, incluyendo los medios de vida, el empoderamiento económico y el liderazgo de las mujeres.
Demostrando que es posible aportar a una transformación positiva de los roles de género, el proceso We Care implementó estrategias destinadas a la reducción de las dificultades y el tiempo destinado por las mujeres rurales al trabajo del cuidado, y promoviendo una redistribución más equitativa de este trabajo entre mujeres y hombres asociados a los “Mercados Campesinos” en Boyacá; producto de este proceso, en una medición final se documenta:
· Una reducción de una hora (con respecto a la línea de base) en la brecha de género entre el trabajo de cuidado desarrollado por hombres y aquel que realizan las mujeres.
· Luego de aplicadas las estrategias del proyecto, encontramos más del doble de tiempo dedicado por los hombres a la tarea de cocinar y lavar la loza.
· En la línea de base las mujeres declararon destinar un promedio de 30 min. diarios para lavar la ropa, actualmente, las mujeres reportan una reducción de casi la mitad, con un promedio de 17 min. al día.
· Pero también se registra que al reducir el tiempo destinado a una tarea de cuidado, se aumenta el designado a otras tareas como el cuidado de niños y niñas, para el cual se registra en la población participante del estudio, el doble del tiempo destinado antes de la implementación de estrategias.
De esta manera, se demuestra que aunque en Colombia se promulgó la Ley de Economía del Cuidado (1413 de 2010), en aras de avanzar en la implementación de las políticas públicas objeto de la Ley, las mujeres rurales indican que aún hay trabajo por hacer para aligerar la sobrecarga del cuidado por ejemplo exigiendo que los Ministerios de Ambiente y Vivienda garanticen la cobertura de servicios de electrificación, agua potable y acueductos, para reducir el esfuerzo y el tiempo que invierten.
“Somos las primeras que nos levantamos y las últimas en acostarnos. Nuestro trabajo no es visibilizado ni es conocido. Las luchas de las mujeres han sido eso, luchas. Todo lo que hemos conseguido ha sido a través de cientos de años de sacrificios, ofrendando nuestra salud y nuestra libertad. Quienes nos atrevemos a denunciar y a exigir, hasta a la muerte nos estamos enfrentando”, manifestó Matilde Mora, lideresa campesina.
Como parte del trabajo realizado con las mujeres rurales se llevó a cabo la entrega de implementos que les harán más fácil su trabajo dentro de los hogares, por ejemplo, lavadoras y estufas de gas que les significan mucho menos tiempo dedicado a las labores domésticas. Esto opinan dos de las beneficiarias:
“Antes lavaba para ocho personas tres veces en la semana, a veces me tocaba ir a la loma a lavar cuando no había suficiente agua del acueducto. Ahora necesito como 20 minutos y puedo hacer otras cosas, mientras la máquina lava, también mis hijos y esposo lavan su ropa” - Rufina Fonseca
“Tenía problemas en los pulmones por el humo de la estufa de carbón y necesitaba como dos horas y media cocinando. Ahora sólo necesito 30 a 40 minutos y el tiempo estoy gozándolo en otras cosas; a mi esposo ya no le da pereza acercarse al fogón, a veces él hace el desayuno o la comida, y a veces yo, cuando no estoy muy ocupada en mi negocio” - Vidalina Muñoz.
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